miércoles, 31 de octubre de 2018

LA LEYENDA DEL OLVIDO





LA LEYENDA DEL OLVIDO


El olvido en el huidizo reflejo
alrededor de un tiempo prohibido,
un sueño ambiguo, borroso y perdido
que baila al otro lado del espejo.

Puede que sea parte de la historia
que alguien escribe sin que yo lo sepa.
Un viento gélido sobre la estepa,
una canción, una falsa memoria,

una mentira idéntica al recuerdo,
que impregna el alma, el cuerpo y la mente,
superpuesta al mundo, ajena al miedo,

dormida a su pesar, flotando e inerte,
que se abrasa en un témpano de hielo
y pertenece a un mundo diferente.


MENTIRAS


MENTIRAS



¿El desengaño? Es sufrimiento en buena parte, pero también es conocimiento.
Sufro como un niño sí, sufro porque no existe un lugar llamado Utopía, ni puedo atravesar Avalón a caballo, ni se puede recuperar el paraíso perdido, ni viajaré jamás al país de nunca jamás… sufro porque no siempre gana el bueno, porque no hay príncipe azul, ni princesa perfecta, ni Reyes Magos, ni ratoncito Pérez, ni final feliz… ─ O tal vez sí que existan ─ (Recuerda: hay muchos mundos pero están en éste).
Es mejor saber la verdad (¿seguro?), pero yo sufro porque los héroes tienen un lado oscuro. Sufro porque no soy quien quisiera ser.
No soy el héroe que imaginé de niño (¿o sí lo soy?), Puede que sea otro diferente al que imaginé, a lo mejor hay que ser un héroe para sobrevivir siendo consciente de la inevitable enfermedad, de la muerte y del destino que nos espera a todos.
¿Me pedí demasiado a mí mismo? ¿Sigo pidiéndomelo?
¿La verdad? A veces me obsesiona, la he perseguido y la persigo, y en el fondo, sospecho que los Reyes Magos sí que existen y el ángel de la guarda también y además, muchas, muchas, muchas… demasiadas veces, la verdad pesa como un ataúd, podría preferir una hermosa mentira a una verdad horrible. Podría, pero no lo hago.
Queridas mentiras, mentiras hermosas como las que contamos a los niños. No sé hacer un mundo mejor, pero sí que sé inventármelo.
Me gustaría inventar un mundo perfecto, hasta en sus imperfecciones, me gustaría amar y ser amado, me gustaría que nadie muriera, como en las películas y que siempre ganara el bueno.
A lo mejor escribo por eso, sí, en parte claro, también escribo por otros motivos. No puedo mentirme sobre esos otros motivos.
Sin embargo muchas veces miento y me miento a mí mismo. Tal vez con la esperanza de que las mentiras se conviertan en verdades. Sí, a veces sucede…
¿A veces? ¿Cómo sabemos que no vivimos dentro de una gran mentira que está dentro de otra gran mentira, que está dentro de otra, y así hasta el infinito?
El precio de la lucidez es el desengaño, el fin de las ilusiones, quizá de la esperanza…es un precio demasiado caro, no quiero pagarlo.
Pero supongamos que lo pago, supongamos que acepto que nada de lo que yo quiero perdura. Supongamos que acepto, o que me veo obligado a aceptar esa supuesta verdad. No quiero aceptar tan amarga verdad.
Como dice George R Martin: Prefiero las dulces mentiras a las amargas verdades.





jueves, 25 de octubre de 2018

EN MEMORIA DE ENRIQUE TOMÁS GARCÍA




CUANDO ESTÉ TODO DICHO

Cuando esté todo dicho
y mis padres no estén,
cuando sólo el recuerdo
alimente mi ser,
cuando no queden fuerzas
para hablar del ayer,
el brillo del futuro
arrasará el presente,
y ya no importará
qué pudo ser y no fue,
los amores que ardieron
las ideas que se fueron,
los hijos que no tuve,
los libros que escribí.
Cuando esté todo dicho
mi mejor amigo habrá muerto.
Cuando esté todo dicho
seré mucho más viejo.
Las cenizas volarán
como el alma en el recuerdo
cuando esté todo dicho
yo no diré que muero.

(A Enrique Tomás)








miércoles, 24 de octubre de 2018

CERTEZAS


CERTEZAS


Me tumbo en la cama y veo como pasa la vida. Desde aquí, cargado con mi cosecha de preguntas, descubro los misterios del universo.
No, mejor no quiero descubrir sus misterios, yo mismo quiero ser un misterio, seguramente ya lo soy, puede que alguien me descubra.
La acción…intento retrasar cualquier tipo de acción.
Pero mi cuerpo necesita acción, digo mi cuerpo no yo. Yo lo que querría es liberarme de esas ataduras.
¿Qué pasaría? Ni idea, a lo mejor cuando muera lo sabré, puede que no haya otra forma de saberlo.
Bien, ahora escucho el silbido del aire tras la ventana, las voces lejanas de los vecinos, mi propia respiración...
Aire, vano y efímero aire.
Pasan las horas, pasan los años, o los segundos ¿qué más da?
A pesar de todo lo que he vivido, nada habría cambiado en lo esencial si no me hubiera movido de la cama. El mundo seguiría exactamente igual aunque yo no hubiera existido.
Pero lo he hecho. No sólo me he movido, me he levantado, he caminado, he viajado por tierra, mar y aire.
La cantidad de esfuerzos, encontronazos, bifurcaciones, quiebros y batacazos, provocados o no por mí en toda una vida, me supera. Debería haberme quedado en la cama.
No, no y mil veces no, el mundo no puede seguir exactamente igual, no con mi intervención, ni siquiera con mi mera observación (todo observador perturba aquello que observa) ¿sabré alguna vez cuántos contratiempos provoqué a los demás, aún sin quererlo? ¿o cuántas acciones positivas provoqué?
Debería haberme quedado en la cama. Sólo que intuyo que no es cierto, no debería haberme quedado en la cama, y además no lo hice, no me quedé en la cama, hice lo único que podía hacer: vivir.
Tal vez un fantasma con mi aspecto y mis recuerdos recorra en estos momentos un universo paralelo, tal vez él no muera y yo sí.
No lo sé, no sé nada de nada, ni siquiera eso.
¿Y si yo fuera el fantasma? ¿Y si este mundo no fuera más que un decorado?
Lo que más me enerva es la falta de respuestas, la falta de certezas. Es verdad que me estimulan las preguntas…pero hasta cierto límite.
Para empezar ¿Qué «cosa» soy yo?
Estas “cosas” que pienso, o que creo que pienso, podrían venir de “fuera”.  Los conceptos, las ideas, hasta la propia conciencia de mí mismo.
Tal vez yo mismo sea producto de la imaginación de otro ser.
No, no lo creo, pero es una posibilidad. Posibilidades, posibilidades, posibilidades…
Lo que percibo, lo que interpreto, hasta lo que veo, todo podría ser una entelequia, menos que un decorado.
Sin embargo, poseo ─ o soy poseído por ella ─ alguna certeza misteriosa.
Se trata de algo que se aproxima al concepto de fe, no una fe en el sentido religioso, más bien es una certeza intuida, “sé” que es una intuición, pero una intuición diferente. Una intuición que se impone.
De alguna forma sé qué es lo está bien y lo que está mal, también sé que eso es más importante que el «decorado».
Creo que tú no descubres las certezas, ellas te descubren a ti. Algunas veces he confundido certezas con algo diferente, no lo niego. Pero aún así…
Seguramente hay certezas que no se pueden combatir, son parte de un mensaje escrito, determinado, son parte del destino.
El destino, el tiempo, los sueños…, toda esa materia oscura del Universo, todas esas estrellas lejanas en las que hay otros mundos como el nuestro… ¿otros decorados? ¿Decorados dentro de otros decorados?

Quizá exista una categoría de preguntas diferente, las «preguntas-respuesta»
Se trata de preguntas que denotan la necesaria existencia de lo desconocido.
Vale, he conseguido dar una vuelta completa para regresar al mismo punto.
Todo eso sin moverme de la cama…

Saldré a echar un vistazo fuera, estoy demasiado encerrado en mí mismo.
Parece que no puedo abrir la puerta, alguien me ha encerrado en esta habitación. O puede que sea yo mismo quien la cerró, que haya olvidado cómo salir de aquí.
No importa, seguiré soñando tumbado en la cama, tal vez se me ocurra algo.

jueves, 4 de octubre de 2018

LOS CASOS DE MORGADO FRAGMENTO





Necesitaba considerar aquello. Eran demasiadas coincidencias: una empresa con domicilio en las islas Caimán llamada «Asia Import», una red de sociedades mercantiles que el asesor jurídico de la empresa ─ él mismo ─, no conocía, el incremento desmesurado del presupuesto de la sección de Rogelio, un jefe de ventas ejecutivo adicto a la cocaína, las inversiones en inmobiliarias desconocidas, las denuncias del despedido García, las compras de terrenos no urbanizables a bajo precio, las compras de esos mismos terrenos a un precio todavía inferior... ¡Dios mío! ¡No! ¡Katy! ¡Debía avisarla! También «Inmobiliaria Monteluz» dependía del grupo de las Caimán.
Carlos se acercó la taza a los temblorosos labios, aunque no bebió más que un ligero sorbo, el café se le había quedado helado.
Esas reuniones secretas del jefe con inversores extranjeros, esas consultas intempestivas sobre derecho urbanístico… deberían haberle puesto sobre aviso. Bien, la evidencia resultaba incontestable: el señor Hernández era el administrador único. ¿Qué hacer? ¿Callar y convertirse en cómplice? ¿Denunciar a su propia empresa?

lunes, 1 de octubre de 2018

LOS CASOS DE MORGADO, FRAGMENTO




El inspector Pomares le ofreció un cigarrillo y encendió también el suyo.
Valoraba la entereza del sujeto. Acababa de tirar a la basura su carrera política, que parecía bien encauzada, además de perder su matrimonio ─ aunque éste ya hacía aguas ─ y sobre todo; de adquirir todos los números para pasar una buena temporada en la cárcel, pero no se había derrumbado en ningún momento.
Gracias, dijo Borja, enviando una voluta de humo al techo de la sala de interrogatorios.
¿Tiene alguna duda respecto de lo que le he dicho? ¿O quizá quiere oír la grabación otra vez?, preguntó Pomares con expresión inocente.
Sólo una curiosidad: ¿se la envió mi mujer?  Borja fumaba y respiraba con alivio. Más que un imputado parecía un hombre que se había sacado un peso de encima.
¿Quiere decir su ex mujer? Creo que ha pedido el divorcio.
Sí. ¿Le dio ella la grabación?
No puedo contestarle a eso.
No hace falta que me responda. Era de esperar. Siempre había pensado que el golpe me llegaría por otro lado, tal vez por parte de Hernández o por parte de alguno de mis rivales políticos. Pero sí, era de esperar.
Borja se quedó en silencio, mirando hacia el techo de la sala.
¿Y bien? ¿Qué contesta?
Los dos sabemos que la prensa no tardará en hincar el diente en este asunto, inspector. Es mejor que me adelante y hable yo con los medios.
¿Y qué va a decirles? ¿Va  a dimitir?
Lo de menos es mi carrera. No quiero perjudicar al partido y comprenderá que  tampoco me apetece que los que ahora me acusan se vayan de rositas.
¿Eso quiere decir que va a colaborar con nosotros?
Deje que hable con algunas personas y le contesto.