viernes, 1 de febrero de 2019

LOS CASOS DE MORGADO


Morgado también participa de esta obsesión que cruza por su mente sin que sea totalmente consciente de ella: así, por ejemplo, en una de las escenas de la ciudad, el detective percibe que las cosas no son siempre lo que parecen, que hasta los espejos pueden mentir: «En el metro siempre le llega la sensación de que el tiempo transcurre a ráfagas. Dentro, los vagones, idénticos como espejos, también se multiplican más allá de su campo de visión.»
Junto a la cita de Borges aparece otra cita atribuida a Lao Tsé: «Todas las cosas tienen en su espalda la oscuridad y tienden a la luz.»
«La oscuridad enciende más luces que la impulsiva llamarada del relámpago.» dice Enrique Tomás en «Espejos.»  Cuando leemos «Los casos de Morgado» nos encontramos con una novela negra y en ella el interés primordial no es la resolución del enigma, sino la descripción de los conflictos humanos. Las novelas negras se desarrollan en atmósferas oscuras, llenas de soledad, en ambientes en donde predomina la violencia, el dinero y el sexo. En la novela negra no se juzga ni se dan soluciones, solo se describe objetivamente la realidad. O al menos se intenta, porque todo observador perturba, ─ en el sentido de que, da su propia visión y establece su propio orden ─  aquello que observa.

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