VIDETO
La vida es como un soneto perdido,
en el que no puede cambiar la rima,
del que no se sabe cómo termina,
y que vive del olvido prendido.
Quizá nos revele la melodía,
de un fugaz presente, en un cuarteto,
más cambiará en el siguiente terceto,
y puede resultar que no sabía.
Pues ni el poeta, ni el verso entendieron,
que las gotas de sangre tan sufridas,
por el amor en el que ambos creyeron,
con lágrimas de vida recibidas,
eran rimas que antaño construyeron,
que el tiempo ocultará, presas y mudas.
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