A veces uno tropieza
con la sombra de la vida.
Si miras hacia atrás,
a veces, sólo a veces,
podrás verla en un temblor,
esquiva, al bies y en fuga,
pues la sombra que te sigue
no es tuya y de nadie más,
es la sombra de tu sangre,
de los otros que te guían,
sombra de tantas batallas,
lágrimas, revoluciones…,
la sombra de tantas almas,
de los sueños y del aire.
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