viernes, 8 de noviembre de 2019

ARTURO PEREZ REVERTE EL CID

Arturo Pérez-Reverte: En escribirlo físicamente año y medio. En gestarlo, toda una vida. Novelas como esta son el resultado de una vida. El primer contacto con ella ocurrió cuando tenía ocho años, en la biblioteca de mi abuelo, que era muy grande y tenía muchos libros ilustrados. Me gustaban mucho, los miraba. Y este libro tenía unas ilustraciones magníficas de Pellicer y unos versos que a veces recitábamos allí en casa. Después ya en el colegio descubrí al Cid escolar, que era un poco diferente. Era un Cid contaminado por el franquismo, imperial, espada de la cristiandad, martillo de musulmanes, precursor de las Cruzadas habidas y por haber … Pero claro, como yo era un niño razonablemente culto (no por mí, sino por la familia), pues ese Cid fue contrarrestado por la información doméstica y las conversaciones familiares. Después conocí muchos otros Cid. El mayor especialista en el mundo sobre el Cid es Alberto Montaner (buen amigo mío)… Y ahí estaba gestándose, porque yo nunca pretendí escribir sobre el Cid. Y hace cosa de año y medio estaba viendo en la tele la trilogía de John Ford y dije… 'bueno nosotros también teníamos nuestra frontera, nuestro Lejano Oeste, con pioneros, con apaches…' todo eso lo tuvimos nosotros.
"En el colegio conocí un Cid contaminado por el franquismo, imperial, espada de la cristiandad, martillo de musulmanes..."
HNG: Claro, porque usted compara un poco el Lejano Oeste de hace unos 200 años con nuestra época medieval en España. ¿Qué similitudes hay entre ambas zonas y momentos históricos?
Arturo Pérez-Reverte: Una frontera. Una zona vacía alrededor del Duero. Una zona fronteriza que, como tal, estaba sometida a incursiones de unos y otros. Una zona muy despoblada, pues la gente tenía miedo a vivir allí. Y allí iban a parar los desgraciados, los que no tenían nada. Llegaban allí, cogían un trozo de tierra, los frailes montaban su pequeño monasterio... Y también había aventureros que se buscaban la vida, que robaban, que saqueaban, que asaltaban a la gente. Y evidentemente también había incursiones tanto moras como cristianas… En definitiva una zona fronteriza amplia, peligrosa, apasionante, llena de gente peligrosa. Y en ese sentido sí se parece un poco al Lejano Oeste. Y decidí abordarlo [en la novela] de esa manera.
HNG: Se percibe en sus palabras un cierto aire de respeto, de fascinación por el Cid. Sin embargo ha tardado más de veinte libros en hablar de este personaje…
Arturo Pérez-Reverte: Siento fascinación por muchos personajes, no solamente por el Cid. Siento fascinación por el Empecinado, por Hernán Cortés, por Pizarro, por los españoles que dieron la primera vuelta al mundo… Pero no todo se convierte en novela.
Es un mundo de fascinaciones, de intereses, de aficiones, de lecturas, de conocimientos, de experiencia… Y un día, por azares, toma forma de novela. Pero el Cid no es mi única fascinación, tengo muchas. Como te decía, de niño crecí con una biblioteca, tuve ese privilegio. Después estudié latín y griego. La historia de Roma, la historia de Grecia… Además soy de Cartagena, una ciudad mediterránea, navego desde niño… ¡cada vez que buceaba sacaba un ánfora romana para regalársela a mis amigos! Mi hija es arqueóloga subacuática… Quiero decir, toda mi vida está vinculada a eso. Y claro, el Cid es uno de los muchos elementos que esa memoria cultural occidental mediterránea y europea me ha influido. Pero no es la única ni mucho menos.
HNG: De hecho usted ha escrito sobre personajes y momentos históricos completamente distintos. ¿Cómo es el trabajo de documentación para sus novelas?
Arturo Pérez-Reverte: (Antes de nada, tutéame, así estoy más cómodo). Verás, se trata de la parte más feliz de escribir una novela. Lo bueno de una novela es que te obliga a leer. Imagina que mañana hiciera una novela sobre la guerra Zulú, pues me pasaría un año leyendo sobre la guerra zulú, el rey zulú, Zulandia… Tanto libros de documentación directa como libros que te ayudan a crear tu historia. Te dan un tono, te crean un estado de ánimo favorable para escribir sobre ello. Durante un año eres un especialista en eso. Ahora mismo soy un especialista en el Cid que pasados unos meses se me habrá olvidado, pero en este momento soy un especialista. Y ser un especialista en algo durante un periodo de tu vida es maravilloso, es muy divertido. Pero, además, hay otro factor complementario, y es que yo soy un lector que accidentalmente escribe. Yo soy un novelista accidental. Soy un marino que por casualidad fue reportero, un lector que accidentalmente escribe novelas. Podría perfectamente no escribir más, pero lo que no puedo es no leer más. Necesito leer. Me gusta mucho leer. Viajo con libros, voy a todos lados con libros… Cuando era reportero era igual, iba a la guerra y llevaba la mochila llena de libros.

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