DESORDEN
A
destiempo llegó,
entre
tanto desorden
lo
intuí,
pero
no llegué a verlo.
A
contratiempo sentí:
su
fragor,
y
un cúmulo repentino
de
salvajes emociones,
me
precipitó en el caos.
Ese
caos que desprende,
como
vetas imprevistas
o
estrellas sorprendentes,
fugaces
retazos
de
otro mundo ignorado,
y
que se atisba a través
de
un gran desorden creciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario