SOÑADO, PERDIDO Y AJENO
Soñado, perdido y ajeno,
te recito y te interpreto.
No sé aún qué es lo que eres,
pero sé que estoy contigo,
y sé que te pertenezco.
Soy tú, en tu soñado mundo,
tan perdido y tan ajeno,
como un recuerdo lejano
al que ya no reconoces.